UNA HISTORIA DEL TÉ Y LAS TETERAS
De uso cotidiano hoy en día, las teteras no pueden faltar en los armarios de cocina de todo buen amante del té y de las infusiones.
Sin embargo, la tetera que conocemos hoy en día nunca tuvo esta forma sino que es una evolución de muchos siglos, al igual que el té que tomamos hoy en día.
EL TÉ: UN ORIGEN LEGENDARIO
Se cree que la planta del té (Camellia Sinensis) se ha consumido en China durante los últimos 3000 años. La palabra 'té' deriva del chino chá (茶), difundiéndose como chá a través de los portugueses y como té por los comerciantes holandeses.
Hay una leyenda china según la cual el té se descubrió casualmente, cuando el mítico emperador chino Shen Nang puso a hervir agua mientras estaba sentado descansando a la sombra de un árbol de té silvestre. Entonces, una ráfaga de viento tiró unas hojas en el recipiente con agua hirviendo. El aroma que desprendió el agua y su sabor le cautivó inmediatamente. Y tras beber de la infusión se sintió confortado,. naciendo así la bebida que conocemos. La tradición china conoce a este Emperador como el "Granjero Divino" ya que enseñó a sus súbditos el cultivo de las plantas medicinales y fue el primero en reunir en un libro de herbología llamado "Pen-ts'ao king", unos 100 remedios estando entre ellos el del té.
EL TÉ CHINO, ENTRE LA HISTORIOGRAFÍA Y LA ARQUEOLOGÍA.
Aunque hay testimonios escritos que ya hablan del té en el siglo I a.C., no se tenía constancia arqueológica de su uso hasta el siglo X-XII d.C (Época Song). Sin embargo, recientes descubrimientos en 2016 en Xi'an en la tumba del emperador Jing Di (reinante entre el 156 y 141 a.C) han revelado los restos más antiguos de la planta del té conocidos hasta ahora.
Inicialmente, el té era una bebida reservada sólo al Emperador, los miembros de la corte imperial, los aristócratas y los monjes.
Por ejemplo, los monjes budistas la tomaban para adaptar el cuerpo a sus estados meditativos y a las vigiláis de sus retiros espirituales..
Luego, en época Zhou, para garantizar una cosecha regular y ajustar la oferta a una demanda creciente, los granjeros empezaron a cultivar arbustos de té en sus pequeñas propiedades y se fue desarrollando un sistema de desecación y fabricación. Poco a poco su consumo fue llegando a todas las capas sociales, teniéndose no sólo como una bebida saludable sino como una refinada bebida cotidiana que era alternativa al té.
EL 'LIBRO DEL TÉ' (CHA JING) DE LU YU
Siglos más tarde, en plena dinastía T'ang (618- 908) su uso se popularizó y expandió a través de la Ruta de la Seda hacia el Oeste llegando su influencia al Turquestán chino (Xingjiang) e incluso a pueblos no chinos como los tibetanos o los sogdianos.
Es justo en esta época cuando aparece un sabio llamado Lu Yu (m. en el 804) quien en el año 765 escribe el primer borrador del "Cha Jing" o "Libro del Té" que acabó en tres rollos que revisó en el 775 y fueron grabados en planchas de impresión en el año 780.
El "Chan Jing" está estructurado en 10 capítulos. El primer capítulo habla de los orígenes del té, el segundo de los utensilios necesarios para su cultivo; el tercero de su cultivo y producción; el cuarto de los utensilios necesarios para su elaboración; el quinto de su proceso de maceración; el sexto de cómo beberlo; el séptimo de temas entorno al té; el octavo hace una repaso de las áreas donde se produce y de los tres tipos; el noveno es un resumen y el décimo un índice.
EL TÉ EN LA CHINA MEDIEVAL
La demanda del té se hizo mayor en esta época Song e incluso existen documentos que demuestran que se usaban bloques prensados elaborados con hojas verdes de té como moneda de trueque en las relaciones comerciales con los turcos de Xinjiang.
Los cultivos de té mejoraron y aparecieron nuevas variedades y calidades. Su consumo ya alcanzaba en esta época medieval a todas las capas sociales.
Se cree que las infusiones medievales de té se preparaban de manera diferente a la actual, en grandes vasijas de barro o bien de metal (bronce), hirviendo los bloques prensados del té en dichos envases sin tapadera.
Después, se servía la infusión resultante en cuencos en un ritual que se parecía a la conocida ceremonia japonesa del té. A veces, este té era mezclado con aromas como el jazmín.
Posteriormente, el método de cocción iría evolucionando hasta casi ser el actual mediante hervido y el reposado de las hojas del té en el agua muy caliente en recipientes especiales con tapadera que ya recordaban un poco a las teteras modernas. También se hacía té machacando en polvo las hojas y mezclando este polvo de té en agua hirviendo para conseguir una bebida espumosa que se usaba incluso en las comidas.
LAS TETERAS DE YIXING
Es muy posible que también bajo la Distastía Song (960 -1279), comenzasen a producirse cerca en Yixing, en la provincia actual de Jiangsu, las primeras teteras con tapadera para infusionar el té, hechas en barro marrón oscuro o claro 'zisha' (barro dorado, en chino). Estas teteras, además, eran muy pequeñas ya que estaban hechas normalmente para un sólo bebedor de té y que aprovechaban las propiedades de conservación del calor. Posiblemente aún no tenían el pitorrillo sirviéndose en cuencos mediante el volcado del agua ya infusionada en pequeños cuencos..
Generaciones más tarde, tenemos el primer testimonio escrito que menciona una tetera tal como la conocemos en un escrito llamado "Jiyuan Conghua" datado en la época Yuan (1279-1368). En esta obra se nos describe una tetera que el autor, Cai Shizhan, compró al erudito Sun Daoming.
TETERAS DE PORCELANA CHINA MING
Con el paso de los siglos, ya bajo la dinastía Ming (1368-1644) tanto el método de cocción y la forma de la tetera van evolucionando hasta parecerse a los actuales cacharros. En esta época aparece la popular porcelana Ming hecha de una base de arcilla blanca y vidrio y presentándose ésta en dos variedades: la compacta, cocida a alta temperatura y gruesa en su aspecto, normalmente de color gris, rojo o crema; y la porosa, cocida a baja temperatura, de color rojo ladrillo o blanca. De esta época Ming (hacia el año 1513) es el primer ejemplar conocido de tetera que tenemos que ha llegado hasta nosotros hecho en porcelana azul con motivos vegetales.
EXPANSIÓN DE LA PORCELANA CHINA
Bajo la Dinastía Qing (1644-1912) se instaura un nuevo proceso de fabricado y producción del té mediante fermentación y desecado. También, ante el interés de comprar té por parte de extranjeros, se fomenta la producción de este producto y la fabricación a gran escala de las teteras de Yixing de barro y de porcelana hecha en otras zonas de China. Hacia finales de la 2ª mitad del siglo XVII comenzaron a comercializarse las hojas de té y las teteras fuera del país asiático a cargo de comerciantes portugueses, ingleses y holandeses. Estos nuevos productos se difundieron por Europa y América a modo de artículos exóticos y de lujo a precios caros. De estas primeras teteras chinas aparecerían imitaciones posteriormente holandesas, inglesas y portuguesas.
EL TÉ JAPONÉS El té chino fue introducido en Japón desde China por monjes budistas ch'an viajeros. Estos monjes solían beber té verde para mantenerse despiertos durante sus largas horas de meditación.
Por esta época se establece el famoso ritual del té japonés, de honda raigambre budista.
Pronto, este té verde chino se popularizó en Japón gracias a los que hoy llamaríamos 'salones de té' y hasta el País del Sol Naciente llegaron artesanos chinos y coreanos para enseñarles cómo hacer teteras de barro al estilo de las de Yixing. Así surgió en la provincia de Bizen el Raku, la famosa tetera japonesa para hacer té. A finales del siglo XVI se empieza a ver el auge de la porcelana japonesa, en colores como verde, rojo, amarillo y azul, con toques sofisticados de oro y formas asimétricas. En el siglo XVII, se populariza la llamada porcelana de Akita con relieves o dibujos basados en la iconografía coreana y china. Más tarde, el diseño de la tetera japonesa evolucionó a otra variante local con motivos vegetales dando paso a la tetera conocida tradicionalmente como Kusu.
Desde mediados del siglo XIX aparecen las teteras metálicas o de hierro conocidas como ‘tetsubins', siendo la región de Tohoku famosa por la fabricación de este tipo de teteras. Se trata de teteras simples y prácticas, que retienen el calor y contienen en su interior un colador que filtra las hojas.
EL TE EN RUSIA
El té apareció en Rusia en 1638 con el nombre de “hierba china”. Lo trajo de una visita diplomática a la sede de uno de los kanes mongoles el boyardo ruso Vasili Starkov. En agradecimiento a sus obsequios, el diplomático recibió unos 64 kilos de té. En la corte del zar Miguel I de Rusia la bebida resultó muy del gusto de todos y en 1679 se firmó el primer contrato de suministro de té desde China. Se vendía en Rusia en unas pequeñas cajas tipo joyero, que en muchos casos eran de lujo.
EL TÉ EN EL MUNDO ISLÁMICO
En el mundo islámico, el té era conocido desde época altomedieval en Asia Central gracias a la Ruta de la Seda.
Sin embargo, no es hasta mediados del siglo XVII como resultado del comercio entre China, Asia Central y el Imperio Safávida persa no llegó al Próximo y Medio Oriente. Aún hoy en numerosos países islámicos como India o Pakistán o Irán existen los llamados chaikhanés ('establecimientos del té', en persa) equivalentes a nuestras teterías.
Es por medio de comerciantes persas e indios islamizados, y quizás también europeos, a través de las rutas del Golfo Pérsico y del Índico, con quienes llega el té a Oriente Medio y desde ahí, con los turcos al resto del Islam otomano.
Quizás fue como fruto de estos intercambios entre pueblos islámicos orientales y occidentales, el té pudo llegar a finales del s.XVII y principios del s.XVIII al Magreb, apareciendo además una adaptación local de tetera, la famosa tetera marroquí que en realidad es evolución de modelos chinos y europeos y no aparece hasta el siglo XVIII. Otra tradición histórica, atribuye la entrada del té en Marruecos al sultán Muley Ismail (¿1635-1645? - 1727) quien recibió un regalo diplomático de Inglaterra en forma de té y teteras. El té gustó tanto en la corte que acabó popularizándose al resto de la sociedad magrebí y se adaptó estas teteras chinas europeizadas al gusto local marroquí.
TETERAS Y TÉ INGLÉS
Las teteras inglesas comenzaron a producirse en el siglo XVIII tras introducirse las primeras teteras orientales en el país a través de China. A partir de 1765, comenzaron a producirse en Stoke-on-Trent en porcelana inglesa las primeras teteras inglesas a imitación de las chinas, convirtiéndose con el tiempo en auténticas y lujosas obras de arte y el té, un signo de la identidad y tradición inglesa cuya toma se popularizó en la Inglaterra victoriana entre las clases altas en torno a las 5 de la tarde. También existieron desde el siglo XVIII, refinadas teteras de plata que aún hoy son conservadas de padres a hijos y son muy buscadas por los coleccionistas.
EL TÉ INDIO
Aunque la planta del té era conocida en la medicina hindú ayurvédica, el consumo del té como bebida no fue introducido hasta la época de la dominación inglesa bajo el gobierno de la Reina Victoria y siempre en ambientes coloniales y aristocráticos. No sería hasta la primera mitad del siglo XX cuando su consumo se popularizaría en el resto de la sociedad. Fue tal en éxito que tuvo, que hoy la India sigue siendo el principal productor y consumidor de té en el mundo. Con el tiempo, apareció también el famoso chai hindú aderezado que incorpora especias como el jengibre, el cardamomo y el clavo.
Este té está hecho principalmente en utensilios de aluminio o acero inoxidable en la India, mientras que se sirve en tazas o tazas de porcelana o cerámica. En grandes ocasiones la tetera puede ser de fina porcelana china.
EL TÉ EN ESPAÑA En España se comenzó a consumir de forma habitual en el siglo XVIII, por influencia de los borbones que ya lo conocían en Francia. Este té llegaba a nuestro país y a otras zonas de la América española gracias al comercio con Asia que llevaban a cabo ingleses y franceses y algunos mercaderes de la Península Ibérica. Un siglo después, se introdujo en nuestro país la tradición inglesa de tomar el té de la tarde entre la aristocracia ya que fue símbolo de prestigio y estatus social. Con el paso de los años, este artículo de lujo se hizo más accesible a todo el público, consumiéndose en grandes cantidades hasta el día de hoy.
EN LA ACTUALIDAD
En la actualidad y gracias a la globalización del comercio podemos ver en todas las casas del mundo muchísimas variedades de té y teteras desde las más clásicas y sencillas hasta elaboradas composiciones contemporáneas.
Es posible encontrar teteras de materiales tan diversos como hierro, cristal, porcelana, cerámica y barro. Dentro de esta variedad, cada material ofrece una cualidad específica a la hora de presentar el té en la mesa; además, su durabilidad depende del trato y de la manera como se cuiden.
Para no ‘contaminar’ los sabores de las hojas de los diversos tés y resaltar las propiedades de cada tipo, es recomendable destinar diferentes teteras para cada tipo de té que quiera consumir.
Así mismo, numerosos estudios científicos han avalado las propiedades del consumo moderado diario del té verde y sus beneficios en el organismo y su metabolismo. Curiosamente, su uso como bebida saludable de moda lo es por el redescubrimiento de esta planta dentro de la medicina tradicional china e hindú (ayurveda).
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